Llega el verano y con él las ansiadas vacaciones. Y uno de los destinos preferidos son las zonas costeras para relajarnos tomando el sol, mirando al mar y andar por la orilla.

Y es que, son muchos los beneficios de caminar por la playa. Lo dicen los expertos y lo comprobamos nosotros mismos.

Y para que aproveches mejor tus días de descanso y desconexión, desde nuestro centro de fisioterapia y osteopatía AFIDAS en Móstoles queremos darte unos consejos. Para que tú y tu cuerpo disfrutéis más, pero sin riesgos de lesiones y sobrecargas.

A veces, un uso abusivo de ciertos hábitos al andar o al exponernos al sol, pueden perjudicar nuestro sistema músculo esquelético. Seguro que has escuchado o leído alguna vez, las temidas fascitis plantares en verano, motivadas en parte por andar descalzos en la playa o con calzado muy plano y sin suela. O los problemas que también genera en esta superficie un pie cavo.

Pues, como este ejemplo, hay otros hábitos al andar en la playa que también pueden ocasionar ciertas disfunciones o descompensaciones en tu cuerpo. Aunque luego en AFIDAS te ayudemos a recuperarte, si puedes evitarlas, mucho mejor.

 

Recomendaciones para caminar por la playa

 

Con la idea de refrescarnos y hacer cosas diferentes de las habituales cuando estamos en nuestro espacio de disfrute vacacional, solemos usar la excusa de andar, disfrutando del movimiento del agua en la orilla, y la arena dura que nos masajea los pies y las piernas. Y Esto está muy bien.

No te vamos a contar los numerosos beneficios de caminar por la playa, pero siempre podemos mejorar esta práctica teniendo en cuenta los siguientes consejos:

 

Las caminatas no deben ser desproporcionadas

 La actividad de andar por la playa debe estar ajustada al trabajo y la tarea que nos dedicamos de continuo a caminar.

Con esto queremos decir que, si una persona que suele andar habitualmente 40 minutos, es absurdo que por estar en la playa, disfrutando de su tiempo libre y por una mala gestión de su energía y su tiempo, haga una caminata de 3 o 4 horas.

 

Compensar la distancia en tiempo y direccionalidad

Debemos compensar la distancia, no solo en la cantidad de tiempo de recorrido, sino también en la direccionalidad de la misma. Si vas a hacer un total de 50 minutos caminando, y unos de 3 km en total, por ejemplo, tienes que ser coherente y realizar ese recorrido de ida y vuelta.

Esto es, un km y medio de ida, y el otro kilómetro y medio de vuelta.

Así evitarás las compensaciones que te obligan ya de por sí, las vertientes que suele haber en la playa, que contribuyen a que siempre caigamos echando el peso al caminar sobre una pierna más que en la otra, provocando una lateroflexión en la columna.

Esta descompensación, cuando se suma en el tiempo y espacio, acaba generando disfunciones e incluso lesiones traumáticas agudas si se excede mucho en la distancia y solo se hace de ida. Sin recuperar la vuelta, la descompensación se acaba grabando en el cuerpo y provoca dolores agudos a nivel muscular y articular.

 

andar por la playa

 

Combinar la arena dura y la arena blanda

Para sacar más partido a estos beneficios de caminar por la playa que te contamos, otra ventaja es alternar andar por la arena más dura y las zonas más blandas. Este cambio sobrecarga y potencia muchísimo la musculatura corta de la pierna, gemelos, peroneos y tibiales.

Aquí es importante tener en cuenta el mensaje que obtenemos del cuerpo, que no es inmediato. Si genera una sobrecarga, hasta el día siguiente o hasta los dos días no te vas a enterar. Incluso es posible que pudieras tener problemas al levantarte después de dormir o, que al apoyar el paso, no lo pudieras hacer con naturalidad por el propio dolor que te ha generado la sobrecarga muscular.

—–
Y si a todas estas prácticas que te comentamos, le puedes añadir de vez en cuando, parar para refrescarte y mojarte un poco, pues mucho mejor.

 

Otros consejos durante tu estancia en la playa

  • Cambia de postura cuando tomes el sol
    Otro de los hábitos que socialmente están muy bien vistos y aceptados es la exposición al sol. Pero, a veces, lo hacemos con posturas forzadas y manteniendo la misma posición durante mucho tiempo. Estar tumbados en la arena, la toalla o la esterilla, de cualquier manera, sin respetar la postura, requiere mucho trabajo muscular.
  • Nadar sueve si tienes hernias o protrusiones discales
    Si tienes alteraciones o disfunciones en el disco intervertebral, ya sea lumbar o cervical, el nadar, sin forzar las rotaciones, y disfrutando del movimiento de torsión dentro del agua, es beneficioso.
    La zona lumbar se libera de las cargas que habitualmente le proporcionamos con nuestros hábitos de coger pesos excesivos, por ejemplo. Intenta nadar sintiendo la técnica de hacer todo el recorrido del hombro sin forzar, aunque cada vez yendo al mayor límite que se pueda para evitar lesiones, y para buscar una superación que permite el estar dentro del agua, donde los movimientos se hacen comodísimos.
  • Nadar para lesiones de hombro
    Por esta razón misma razón también es beneficioso el agua en lesiones de hombro y la zona cervical, siempre sin brusquedad alguna. Es muy importante sentir los movimientos para que el cuerpo reciba y devuelva la información correcta.

 

nadar y caminar en la playa

 

Cómo disfrutar también de los gimnasios al aire libre y parques gerontológicos

 

Además de caminar por la playa, en verano también solemos disfrutar de las zonas verdes. Estos espacios al aire libre cuentan, cada vez más, con áreas recreativas comunitarias o puntos activos, formados por un conjunto de aparatos que permiten a las personas de cualquier edad realizar movimientos para mejorar la condición física y la salud.

Estos juegos gerontológicos, pensados inicialmente para las personas mayores, los usan también los jóvenes. De hecho, en muchas ciudades ya se están instalando gimnasios públicos.

Si te gusta usar estas instalaciones, es importante que las repeticiones las realices sin hacer movimientos forzados y sin peso excesivos.

Y en el momento que sientas dolor agudo en cualquiera de los ejercicios, para el ejercicio y consulta a tus fisios de confianza para revisarlo y corregirlo.

Y si a la vuelta de tus vacaciones necesitas recuperar tus rutinas, tus hábitos posturales o del temido estrés en vacaciones, ya sabes que con nuestra fisioterapia y nuestras manos de ciego que ven lo que no ven los ojos, es todo más fácil.

 

LLÁMANOS